Maria Libia Pacheco

María Libia Giraldo de Pacheco
15 de Marzo de 1931 – 9 de Marzo de 2025

Libia Pacheco nació el 15 de Marzo de 1931 en Pereira, Colombia, de Lino Giraldo y Sofía López. Fue la segunda hija de 4 hermanos, uniendo a su hermano mayor Eduardo, y luego tuvo dos hermanas, Graciela y Ana Sofía.

El 6 de Enero de 1951, Libia se casó con Carlos Bolívar Pacheco, y juntos criaron cinco hijos: Marta Pacheco, Carlos Pacheco, Alberto Pacheco, Mario Pacheco y Rafael Pacheco. Fue una madre amorosa que entregó su corazón a su familia, y su mayor alegría era estar rodeada de sus seres queridos.

En sus últimos momentos, Libia falleció pacíficamente en su hogar, tal como siempre había deseado, envuelta por el amor de su familia. Esta despedida íntima reflejó su amor perdurable y el vínculo que compartió con su hijo mayor, Carlos Ernesto, su querida nieta, Diana Marcela, y su bisnieto, Nathan Andrés.

A lo largo de los años, Libia soportó la desgarradora pérdida de su esposo y de tres de sus hijos. A pesar de estas difíciles pruebas, encontró fortaleza y consuelo en la promesa de resurrección de Jehová, aferrándose firmemente a su fe y a la esperanza de reunirse con sus seres queridos nuevamente.

El viaje espiritual de Libia comenzó en 1968 cuando empezó a estudiar la Biblia con Doña Rosa. Este fue el inicio de su profunda y constante fe como una de las Testigos de Jehová. Su compromiso la llevó a su bautismo en 1970, un momento definitivo que fortaleció su relación con Jehová y guió su vida a partir de entonces. Conjuntó con su entera familia.

En 1983, Libia y su familia se mudaron de Colombia a Miami por un breve período de cuatro meses antes de reubicarse en la ciudad de Nueva York más tarde ese mismo año. Fue en Nueva York donde Libia vivió algunas de sus aventuras de predicación más memorables. Apreció especialmente los momentos que pasó predicando como ella decía “en unos edificios que parecían cuevas en la época de invierno en Nueva York” con su mejor amiga Elisa Sánchez, hasta tarde en la noche, compartiendo mensajes de esperanza y consuelo con aquellos que escuchaban.

Libia será recordada por su fe inquebrantable, su corazón amable y generoso, y su espíritu alegre. Su vida fue un testimonio de la fortaleza que proviene de la fe, la calidez de la familia y el poder de la verdadera amistad. Su legado de amor y devoción a Jehová seguirá inspirando a todos los que la conocieron.

La conferencia para el sábado

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